17 DE DICIEMBRE DE 1830: FALLECIMIENTO DEL LIBERTADOR SIMÓN BOLÍVAR
Por Daniel Chiarenza
En esta
oportunidad recurriré (¿Quién mejor que él? Insuperable) al
maestro EDUARDO GALEANO, Memorias del Fuego. II. Las Caras y las
Máscaras. Buenos Aires, Siglo XXI, 1988. Donde hace una exquisita y
terrible descripción sobre la muerte de Bolívar.
“1830
Río Magdalena
Baja la barca
hacia el mar
Tierra verde,
tierra negra. Allá lejos la niebla desvanece montañas. El Magdalena
se lleva a Simón Bolívar río abajo.
-No.
En las calles de
Lima, están quemando su Constitución los mismos que le habían
regalado una espada de diamantes. Quienes lo llamaban "Padre de
la Patria" están quemando su efigie en las calles de Bogotá.
En Caracas lo declaran, oficialmente, "enemigo de Venezuela".
Allá en París arrecian los artículos que lo infaman; y los amigos
que saben elogiarlo no saben defenderlo.
-No puedo.
¿Era esto la
historia de los hombres? ¿Este laberinto, este vano juego de
sombras? El pueblo venezolano maldice las guerras que han arrebatado
a la mitad de sus hijos en remotas comarcas, y nada le han dado.
Venezuela se desgaja de la Gran Colombia y Ecuador también se
aparta, mientras Bolívar yace bajo un sucio toldo en la barca que
baja por el río Magdalena hacia el mar.
-No puedo más.
Los negros siguen
siendo esclavos en Venezuela, a pesar de las leyes. En Colombia y en
Perú, las leyes dictadas para civilizar a los indios se aplican para
despojarlos. El tributo, impuesto colonial que los indios pagan por
ser indios, ha vuelto a imponerse en Bolivia.
¿Era esto, era
esto la historia? Toda grandeza se hace enana. En la nuca de cada
promesa, asoma la traición. Los próceres se convierten en voraces
terratenientes. Los hijos de América se destrozan entre sí. Sucre,
el preferido, el heredero, que se había salvado del veneno y del
puñal, cae en los bosques, camino de Quito volteado por una bala.
-No puedo más.
Vámonos.
En el río se
deslizan caimanes y maderos. Bolívar, piel amarilla, ojos sin luz,
tiritando, delirando, baja por el Magdalena hacia el mar, hacia la
muerte.
1830
Maracaibo
Proclama el
gobernador:
...Bolívar, el
genio del mal, la tea de la anarquía, el opresor de su patria, ha
dejado de existir.
1830
La Guaira
Divide et
impera
El cónsul
norteamericano en la Guaira, J. G. Williamson, profeta y protagonista
de la desintegración de la Gran Colombia, envió al Departamento de
Estado un certero informe. Con un mes de anticipación, anunció la
separación de Venezuela y el fin de los aranceles que no convienen a
los Estados Unidos.
Simón Bolívar
ha muerto el 17 de diciembre. Otro 17 de diciembre, hace once años,
había fundado la Gran Colombia, que nació de la fusión de Colombia
y Venezuela y sumó luego a Ecuador y Panamá. La Gran Colombia ha
muerto con él”.
Otro cónsul
norteamericano, William Tudor, ha contribuido desde Lima a tejer la
urdimbre de la conspiración contra el proyecto americano de Bolívar,
el peligroso loco de Colombia. No sólo preocupaba a Tudor la lucha
de Bolívar contra la esclavitud, mal ejemplo para el sur de los
Estados Unidos, sino también, y sobre todo, el engrandecimiento
excesivo de la América liberada de España. Con toda razón ha dicho
el cónsul que Inglaterra y Estados Unidos tienen razones de Estado
comunes y poderosas contra el desarrollo de una nueva potencia. El
almirante británico Fleming, mientras tanto, iba y venía entre
Valencia y Cartagena alentando la división.”
Menos mal que desde El Comando Celestial
(como dicen los compañeros de la Nakypop): Libertador, puede
descansar tranquilo ¡ya tiene su sucesor!
En
Cuba tuvieron que pasar sesenta años para que Martí pudiera
descansar tranquilo.
En
Argentina San Martín tuvo que esperar cien años.
Y
el venezolano Simón Bolívar tuvo que esperar ciento sesenta años,
¡pero ahí lo tiene firme con su vocación antiimperialista y con la
construcción de la revolución bolivariana al presidente Hugo Chávez
Frías!!! [Escrito antes del prematuro fallecimiento de Hugo Chávez].
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